Movimiento pasivo continuo o CPM para rodilla
Movimiento pasivo continuo o CPM para rodilla
El movimiento pasivo continuo (CPM) comenzó a utilizarse en mayor medida cuando hubo evidencias de que la inmovilización articular podría conducir a la degeneración del cartílago articular. Hoy en día, se utiliza principalmente para reducir la rigidez después de una cirugía o trauma.
Se cree que la rigidez de las articulaciones consta de cuatro etapas: sangrado, formación de edema, formación de tejido de granulación y fibrosis. El sangrado y el edema ocurren poco después de una herida. La granulación y la fibrosis ocurren después de días o meses.
El movimiento pasivo continuo reduce el sangrado articular y el edema de tejidos blandos.
Después de una cirugía, el movilizador pasivo de rodilla se utiliza para controlar el dolor en la articulación. Se permite el movimiento libre de CPM, ya que se necesitan arcos de alta flexión para lograr la fluctuación de presión periarticular necesaria para reducir el edema de tejidos blandos.
La supervisión de los pacientes es esencial, especialmente en las primeras etapas cuando los bloqueos nerviosos están activos, para evitar lesiones nerviosas o ruptura de heridas. Deben evitarse los apósitos apretados. La terapia del movimiento pasivo continuo también puede continuarse en el hogar en pacientes que no han alcanzado su máximo rango de movimiento objetivo mientras están en el hospital.
El uso del CPM puede variar entre un uso de 7-15 días promedio.
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