Crioterapia
Cuándo usar terapia de contraste versus crioterapia Cuando los pacientes acuden a usted con lesiones deportivas leves o dolor de espalda, el enfoque convencional suele ser prescribir RICE (reposo, hielo, compresión, elevación) y posiblemente medicación cuando el dolor y la hinchazón son más graves. Si bien este tratamiento es eficaz, ofrecer crioterapia o terapia de contraste le permite brindar un tratamiento más efectivo; también envía el mensaje de que se mantiene a la vanguardia en su campo.
Dos posibles recomendaciones para pacientes posquirúrgicos y aquellos que se recuperan de lesiones son la crioterapia y la terapia de contraste.
La crioterapia
Es simplemente la aplicación de frío terapéutico para el tratamiento de la lesión, pero se ha mejorado con el desarrollo de dispositivos de terapia de frío que simultáneamente proporcionan compresión activa. Las envolturas están diseñadas para ajustarse al cuerpo utilizando compresión neumática, mientras que el agua helada circula a través de la envoltura. Una unidad de control le permite configurar la temperatura, la presión y el tiempo de tratamiento.
Los beneficios del sistema de crioterapia
- Refrigeración más eficiente y más rápida
- Contacto de superficie mejorado para una mejor entrega de frío
- Mejor flujo de sangre y entrega de nutrientes
- Drenaje linfático mejorado
- Un metabolismo celular más lento
- Medicamento para el dolor reducido
- Reducción de la formación de edema
- Aumento del rejuvenecimiento celular para una curación más rápida
La terapia de contraste
Se aplica alternando rápidamente el calor y el frío terapéuticos. Históricamente, esto se hace a través de la inmersión en baños de agua, pero los nuevos dispositivos médicos se han diseñado para proporcionar un cambio de temperatura rápido ajustable a través de envolturas similares que conforman el cuerpo.
La crioterapia se puede utilizar durante estas fases, ya que ayuda a controlar la respuesta inflamatoria natural del cuerpo al reducir la hinchazón y prevenir la formación de edema. La terapia de contraste solo debe usarse durante las dos fases finales de la recuperación. Aplicar cualquier tipo de calor durante las dos primeras fases en realidad puede contribuir a la inflamación ya que aumenta el flujo sanguíneo.
La mejor manera de determinar qué terapias es apropiada es por los síntomas que tiene el paciente y no por la cantidad de tiempo que ha transcurrido. Aunque las dos primeras fases a menudo han seguido su curso una semana después de la lesión o cirugía, todos se recuperan a un ritmo diferente.
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